El Jueves 18 de Abril tuvimos nuestra primera sesión de
trabajo con máscaras, pero antes de iniciar con la tarea de elaborarlas
trabajamos en dibujar el contorno de nuestra cabeza y hombros sobre una
cartulina blanca. Luego sobre ese bosquejo tuvimos que escribir y dibujar cosas
que nos identificaran, que formaran parte de nuestras ideas, pensamientos,
actitudes y gustos personales. Me costó mucho empezar con esta labor. Por más
que me preguntaba qué cosas me caracterizaban y formaban parte de mi no se me
ocurría absolutamente nada ¿¡Por qué es tan difícil responder preguntas de la
única persona de la que siempre estamos acompañados?!
¿Por qué nos es tan sencillo responder a las preguntas que
nos hacen acerca de otras personas, y
nos es tan dificultoso responder sobre nosotros mismos?
Bueno, es algo difícil de responder. Quizá la respuesta se
halle en la biología, en la anatomía humana. Nuestros ojos están dispuesto para
visualizar nuestro entorno, nuestro alrededor. Tal vez por eso es tan difícil
hablar sobre nosotros, porque en nuestro día a día, a pesar de que siempre
estamos con nosotros mismos, lo vivimos mirando hacia afuera. Quién sabe, quizá si nuestros ojos pudieran
volcarse hacia nuestro interior nos sería más fácil saber quiénes somos
realmente.
Luego de terminar nuestro retrato escrito y dibujado,
comenzamos con la confección de las máscaras. Lo primero que debíamos hacer era
cortar trocitos de tela con yeso, especial para hacer máscaras, cubrir nuestros
rostros con vaselina y poner papelitos que cubrieran nuestros ojos y cejas para
evitar pequeños incidentes.
El trabajo se realizaba en pareja. Cada uno iría preparando
las vendas de yeso sumergiéndolas en agua, y luego disponiéndolas sobre el
rostro del compañero. Dando forma, moldeando, TENIENDO CUIDADO para que está
resultara lo más exacta posible. Después de añadir unas cuantas capas de bandas
de yeso y esperar a que estas secaran, retirábamos con cuidado el blanco
prósopon del rostro del modelo.
Yo ya había hecho
máscaras. La última que hice una fue en 3ro medio para Artes Visuales. La idea de
está máscara era descubrir las proporciones del rostro, no auto descubrirme,
como lo fue para mi con esta actividad. Cuando vi la máscara que hizo mi
compañera por primera vez dije - no se parece en nada a mi!!!! De verdad soy
así? y creo que no fui la única que se sorprendió de las máscara que obtuvieron
de su rostro.
Pienso que lo más mágico de las máscaras es que en ella
queda plasmado cada detalle pequeño que nos compone, cada pliegue, cada
profundidad, cada relieve. La máscara se convierte, entonces, en el registro
inalterable del estado de la persona en ese momento. Se convierte en una
insignia del semblante momentáneo de la persona. Tal vez si conservamos está
máscara y la miramos en unos años más nos sorprenderemos nuevamente, al ver
nuestro rostro de años atrás y notar cuánto hemos cambiado, o cuánto no hemos
cambiado.
Para terminar un consejo: No remojen en exceso
las bandas de yeso.