viernes, 26 de abril de 2013

Un retrato de lo que somos



El Jueves 18 de Abril tuvimos nuestra primera sesión de trabajo con máscaras, pero antes de iniciar con la tarea de elaborarlas trabajamos en dibujar el contorno de nuestra cabeza y hombros sobre una cartulina blanca. Luego sobre ese bosquejo tuvimos que escribir y dibujar cosas que nos identificaran, que formaran parte de nuestras ideas, pensamientos, actitudes y gustos personales. Me costó mucho empezar con esta labor. Por más que me preguntaba qué cosas me caracterizaban y formaban parte de mi no se me ocurría absolutamente nada ¿¡Por qué es tan difícil responder preguntas de la única persona de la que siempre estamos acompañados?!
¿Por qué nos es tan sencillo responder a las preguntas que nos hacen  acerca de otras personas, y nos es tan dificultoso responder sobre nosotros mismos?
Bueno, es algo difícil de responder. Quizá la respuesta se halle en la biología, en la anatomía humana. Nuestros ojos están dispuesto para visualizar nuestro entorno, nuestro alrededor. Tal vez por eso es tan difícil hablar sobre nosotros, porque en nuestro día a día, a pesar de que siempre estamos con nosotros mismos, lo vivimos mirando hacia afuera.  Quién sabe, quizá si nuestros ojos pudieran volcarse hacia nuestro interior nos sería más fácil saber quiénes somos realmente.
Luego de terminar nuestro retrato escrito y dibujado, comenzamos con la confección de las máscaras. Lo primero que debíamos hacer era cortar trocitos de tela con yeso, especial para hacer máscaras, cubrir nuestros rostros con vaselina y poner papelitos que cubrieran nuestros ojos y cejas para evitar pequeños incidentes.
El trabajo se realizaba en pareja. Cada uno iría preparando las vendas de yeso sumergiéndolas en agua, y luego disponiéndolas sobre el rostro del compañero. Dando forma, moldeando, TENIENDO CUIDADO para que está resultara lo más exacta posible. Después de añadir unas cuantas capas de bandas de yeso y esperar a que estas secaran, retirábamos con cuidado el blanco prósopon del rostro del modelo.
Yo  ya había hecho máscaras. La última que hice una fue en 3ro medio para Artes Visuales. La idea de está máscara era descubrir las proporciones del rostro, no auto descubrirme, como lo fue para mi con esta actividad. Cuando vi la máscara que hizo mi compañera por primera vez dije - no se parece en nada a mi!!!! De verdad soy así? y creo que no fui la única que se sorprendió de las máscara que obtuvieron de su rostro.
Pienso que lo más mágico de las máscaras es que en ella queda plasmado cada detalle pequeño que nos compone, cada pliegue, cada profundidad, cada relieve. La máscara se convierte, entonces, en el registro inalterable del estado de la persona en ese momento. Se convierte en una insignia del semblante momentáneo de la persona. Tal vez si conservamos está máscara y la miramos en unos años más nos sorprenderemos nuevamente, al ver nuestro rostro de años atrás y notar cuánto hemos cambiado, o cuánto no hemos cambiado.
Para terminar un consejo: No remojen en exceso las bandas de yeso.

El primer encuentro.


T.O. 2013

Tras múltiples inconvenientes, y con mucha tardanza, se llevó a cabo la primera clase de Estrategias de intervención I, el día 28 de Marzo, en la Escuela de Terapia Ocupacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. 

A pesar de que para este día estaba convocada la primera marcha estudiantil del año 2013, la audiencia fue numerosa, y el motivo principal para que esto ocurriera recae en las enormes expectativas que cada uno tenía sobre esta asignatura, que sin más, era a la única que hasta ese entonces no presenciábamos. Y claro, esas ilusiones no se formaron solas en nuestras mentes de “Mechones”, sino que los alumnos de otros niveles de T.O. se encargaron de inducirlas a través de sus comentarios e historias.

Me parece que los profes notaron cuánta emoción y energía aportaba cada uno al salón, ya que nos costó mucho aquietarnos y guardar silencio. Estábamos todos en un estado de ‘hiperventilación’. Cuando finalmente nos lograron serenar, la profesora Erna Navarrete pudo presentarse, hablarnos sobre la asignatura, sobre ella, su experiencia formativa y laboral. Nos introdujo rápidamente, con su forma de ser, en un ambiente aún más enérgico, dejándonos a todos con muchas ganas de comenzar a trabajar en las actividades que  ella y el profesor Félix Pérez nos leyeron del programa del curso.
Luego de diálogos, comentarios y preguntas, pasamos a un trabajo bastante más activo. Esta actividad consistía en crear un triángulo con tres conceptos que tuvieran relación con nuestra forma de ser. De alguna manera, aunque parezca un trabajo muy sencillo, para muchos fue una ardua labor. Realmente es dificultoso mirarse a uno mismo y preguntarse ¿Quién soy? ¿Cómo soy?  Estamos tan acostumbrados a nuestra forma de ser y de actuar que funcionamos de una manera automática, sin conciencia de nuestra esencia.
Terminado esto, el trabajo se volvía aún más profundo. Debimos juntarnos en parejas, preferentemente junto a un compañero con el que no hubiéramos hablado, y explicarle porqué habíamos elegido esos conceptos.
Si la actividad anterior era laborioso, ya que implicaba una introspección, la actual resultaba serlo aún más, porque debíamos cuestionar y explicar nuestra forma de ser.
Terminado esto, debíamos reunirnos con otras parejas y presentar a nuestro compañero, describiéndolo con las cualidades que el (ella) nos había descrito. Y para finalizar, en grupos más grandes teníamos que crear una frase que nos representara, y luego presentarla al curso.
Esa tarde yo salí del Salón Brígida Flores con una sensación muy satisfactoria. Fue una tarde (valga la redundancia) donde ocurrió el encuentro entre un mundo personal y oculto, y un mundo exterior y social. Fue una tarde muy activa en todo ámbito, tanto en lo intelectual, emocional, social, y por qué no, también físico, pues nos reímos mucho mientras realizábamos las dinámicas ideadas por los profesores.
Ese primer encuentro no fue sólo un encuentro entre los docentes y nosotros, sino que fue el día en que se fusionaron los terrenos del pensamiento y la acción en el salón de clases.  

Creatividad




Sobrevive niño...no te mueras!

que contigo agoniza el alma mía,
vacía quedaría si se extinguiera
tu aliento de ingenio e inventiva.

Estereotipos, pautas y modelos,
las normas,los patrones, la rutina
de separar lo malo de lo bueno
emponzoña tu savia creativa.

Librándose una guerra pareciera,
que despiadada ironía de la vida,
sumisa integración social por fuera
por el interno creativo es maldecida.

Te dejaré jugar y reír en mi interior,
porque dicen que un adulto creativo
no es capacidad ni mente superior
solo es un niño que ha sobrevivido.



Miguel del Sur



¿Qué sabes de creatividad?