viernes, 26 de abril de 2013

El primer encuentro.


T.O. 2013

Tras múltiples inconvenientes, y con mucha tardanza, se llevó a cabo la primera clase de Estrategias de intervención I, el día 28 de Marzo, en la Escuela de Terapia Ocupacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. 

A pesar de que para este día estaba convocada la primera marcha estudiantil del año 2013, la audiencia fue numerosa, y el motivo principal para que esto ocurriera recae en las enormes expectativas que cada uno tenía sobre esta asignatura, que sin más, era a la única que hasta ese entonces no presenciábamos. Y claro, esas ilusiones no se formaron solas en nuestras mentes de “Mechones”, sino que los alumnos de otros niveles de T.O. se encargaron de inducirlas a través de sus comentarios e historias.

Me parece que los profes notaron cuánta emoción y energía aportaba cada uno al salón, ya que nos costó mucho aquietarnos y guardar silencio. Estábamos todos en un estado de ‘hiperventilación’. Cuando finalmente nos lograron serenar, la profesora Erna Navarrete pudo presentarse, hablarnos sobre la asignatura, sobre ella, su experiencia formativa y laboral. Nos introdujo rápidamente, con su forma de ser, en un ambiente aún más enérgico, dejándonos a todos con muchas ganas de comenzar a trabajar en las actividades que  ella y el profesor Félix Pérez nos leyeron del programa del curso.
Luego de diálogos, comentarios y preguntas, pasamos a un trabajo bastante más activo. Esta actividad consistía en crear un triángulo con tres conceptos que tuvieran relación con nuestra forma de ser. De alguna manera, aunque parezca un trabajo muy sencillo, para muchos fue una ardua labor. Realmente es dificultoso mirarse a uno mismo y preguntarse ¿Quién soy? ¿Cómo soy?  Estamos tan acostumbrados a nuestra forma de ser y de actuar que funcionamos de una manera automática, sin conciencia de nuestra esencia.
Terminado esto, el trabajo se volvía aún más profundo. Debimos juntarnos en parejas, preferentemente junto a un compañero con el que no hubiéramos hablado, y explicarle porqué habíamos elegido esos conceptos.
Si la actividad anterior era laborioso, ya que implicaba una introspección, la actual resultaba serlo aún más, porque debíamos cuestionar y explicar nuestra forma de ser.
Terminado esto, debíamos reunirnos con otras parejas y presentar a nuestro compañero, describiéndolo con las cualidades que el (ella) nos había descrito. Y para finalizar, en grupos más grandes teníamos que crear una frase que nos representara, y luego presentarla al curso.
Esa tarde yo salí del Salón Brígida Flores con una sensación muy satisfactoria. Fue una tarde (valga la redundancia) donde ocurrió el encuentro entre un mundo personal y oculto, y un mundo exterior y social. Fue una tarde muy activa en todo ámbito, tanto en lo intelectual, emocional, social, y por qué no, también físico, pues nos reímos mucho mientras realizábamos las dinámicas ideadas por los profesores.
Ese primer encuentro no fue sólo un encuentro entre los docentes y nosotros, sino que fue el día en que se fusionaron los terrenos del pensamiento y la acción en el salón de clases.  

1 comentario:

  1. Bien Victoria, muy buen relato de tu vivencia de esa clase. Me gusta el diseño de tu blog.
    Saludos

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