Yo soy Victoria Belén Cruz Ulloa. He vivido toda mi vida en
Chile, específicamente en Santiago. Santiago es la capital de Chile, la
metrópolis.
Alguien que haya pasado por Santiago puede haber notado que
por la calles de esta ciudad la gente camina al paso más rápido que le permiten
sus piernas. Yo por un largo tiempo fui de esos santiaguinos que caminan sin
mirar quien está a su alrededor. De esos santiaguinos que no miran ni siquiera
el pavimento que pisan mientras caminan, y aún menos miran el cielo que abraza
sus preocupadas cabezas. Hoy ya no soy así. Salvo por extrañas excepciones, recorro cada lugar observando detalles que
antes no era capaz de ver. Estas nuevas cosas que soy capaz de ver, esas
cosas pequeñas que antes ignoraba, son capaces de cambiar radicalmente todo mi
día.
Les sugiero que si en algún momento recuerdan lo que he
dejado escrito por acá, detengan su paso y comiencen a mirar bajo sus pies, su
entorno, la gente e incluso los sorprendentes detalles que ocultan las grietas
del pavimento de la calle.
No saben cuántas pequeñas y hermosas cosas pueden hallarse en las ranuras de las calles de Santiago.
Mientras no lo hagan, no sabrán cuán reconfortante es encontrar una pequeñísima flor de color blanco intentando crecer entre el cemento santiaguino. Creciendo sólo con contados centímetros de tierra que han quedado atrapados en esas ranuras al igual que la semilla de la que proviene esa flor.
No saben cuántas pequeñas y hermosas cosas pueden hallarse en las ranuras de las calles de Santiago.
Mientras no lo hagan, no sabrán cuán reconfortante es encontrar una pequeñísima flor de color blanco intentando crecer entre el cemento santiaguino. Creciendo sólo con contados centímetros de tierra que han quedado atrapados en esas ranuras al igual que la semilla de la que proviene esa flor.
Jardín Manzanita. Maipú, 2000 |
Comencé mi vida escolar en el jardín
"Manzanita" en la comuna de Maipú. Este jardín estaba a pocas
casas de donde yo vivía. Recuerdo muy bien las veces que tuve que
disfrazarme, actuar para diferentes ocasiones, como para el día de la madre,
dieciocho de Septiembre, el día de la raza, etc.
Luego, continué mis estudios
en el colegio Excelsior de Santiago. Entré a 1° básico el año
2001, y conocí a gente de la que jamás me separé. Mis mejores amigos los conocí
ese año y con ellos he vivido más de la mitad de mi vida. Pasé los doce años en
ese mismo colegio y con ese mismo grupo de amigos. Claro está, que conocí en el
camino a más gente a la que me aferré, y me fui distanciando de otros. La gente
con la que me eduqué esos doce años realmente me marcó mucho, tanto compañeros
como profesores, auxiliares e inspectores. Ellos de manera indirecta me
ayudaron a definir mi camino. Me guiaron, tal vez sin notarlo, al camino sobre
el cual hoy transito. Hoy estudio
Terapia Ocupacional en
la Universidad de Chile. Haber ingresado aquí es un verdadero sueño. Desde
1° medio que tenía la hermosa idea de llegar a esto que hoy comienzo.
Y nuevamente debo agradecerle a la
vida por la gente que ha puesto en mi camino. Mis actuales compañeros de
Terapia Ocupacional son gente muy hermosa. En los pasillos, en el patio, en el
casino o en la sala de clases ellos crean un ambiente único.
No hay comentarios:
Publicar un comentario