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Con este nombre la profesora inició el trabajo. Al parecer todo estaría relacionado con el
movimiento de nuestro cuerpo hoy. Trabajaríamos la expresividad con nuestro
cuerpo, así como ya lo habíamos hecho
con nuestras máscaras.
¡Ya era tiempo de comenzar a moverse con energía!
La dinámica con la que trabajo fue muy entretenida. Primero nos sacamos los
zapatos, y ella también, y se subió en una silla en frente de la clase. Nos
hizo colocarnos en parejas, y ella comenzó a mover sus zapatos hacia un lado,
luego hacia el otro. Uno primero, luego el otro, después ambos juntos, y
nosotros no entendimos bien en un principio que significaba eso hasta que a
alguien se le ocurrió que el par de zapatos representaba a la pareja, y que
cuando el zapato de la derecha se inclinaba, saltaba, giraba sobre si mismo o
entorno al zapato izquierdo, la persona que estaba a la derecha debía hacer la
misma acción. Y los mismo si movía el zapato izquierdo, la persona de la
izquierda debía imitar la acción del zapato.
Así estuvimos un buen rato saltando, girando, tirándonos al
suelo, agitándonos, etc.
Luego, la profesora puso música para relajarnos. Comenzamos
a caminar lentamente por la sala sintiendo nuestras pisadas. Caminando en
cualquier dirección, focalizados sólo en nosotros, en lo que sentíamos, en
nuestras emociones, en nuestra respiración, en nuestros pies y el piso, en
nuestros brazos relajados moviéndose involuntariamente con el movimiento de
nuestro cuerpo. Estábamos en un estado de casi inercia. Caminábamos casi como
un acto reflejo. A mí la música que la profesora utilizó me encantó. Entre los tantos temas que
colocó en el equipo habían algunos del soundtrack de Amelie, mi película
favorita.
Mientras continuábamos con nuestro lento y relajado paso
comenzamos a saludarnos sólo con un apretón de manos y una mirada directa a los
ojos. Saludábamos al primer compañero que se nos cruzara en nuestro camino. Todo esto en silencio. Luego,
nos saludamos poniendo nuestras manos en los hombros, dándonos las manos,
acariciando nuestros rostros, tocando nuestras orejas, nuestras mejillas,
chocando cadera con cadera.
Luego, nos ordenamos por RUT desde el número menor al número mayor, es decir desde el más viejo al más pequeño. Y jugamos un juego en el que con movimiento de brazos y sonidos coordinadamente dábamos pasos a que jugara nuestro compañero de al lado. Uno marcaba el movimiento de brazos hacia la derecha y el otro hacia la izquierda. Y si uno quería podía cambiar el sentido del movimiento cambiando el wich por el wach, o viceversa.
Lo último que hicimos fue caminar en reversa
hasta toparnos con algún compañero espalda con espalda. Con él(ella) nos
quedábamos para hacer la siguiente actividad. Todo sin mirarse, sólo sintiendo
la espalda de la pareja debíamos ir expresando cada una de las cosas que la
profesora nos iba diciendo a través de una historia muy sencilla. Expresamos
rabia, compañía, cariño, tristeza, susto, tranquilidad. Y al final un cálido
abrazo agradeciendo la compañía y el cariño entregado.Luego, nos ordenamos por RUT desde el número menor al número mayor, es decir desde el más viejo al más pequeño. Y jugamos un juego en el que con movimiento de brazos y sonidos coordinadamente dábamos pasos a que jugara nuestro compañero de al lado. Uno marcaba el movimiento de brazos hacia la derecha y el otro hacia la izquierda. Y si uno quería podía cambiar el sentido del movimiento cambiando el wich por el wach, o viceversa.
Aunque esta imagen no pertenece a esta clase para mi expresa el tema central del día |
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